Espejo luce esplendente como una joya milenaria engarzada en la cima de una elevada colina. Su excelente situación geográfica de la capital, el singular trazado de sus calles -impuesto por la morfología del terreno -, su riqueza histórico-artística y la ocasión de degustar una suculenta y típica gastronomía son razones suficientes para detenerse en esta villa y gozar de su visita.

Hunde sus raíces esta villa campiñesa en las páginas más profundasde nuestra historia. El antecedente más remoto de lapoblación actual es Ucubi, ciudad ibero-turdetana a la que Julio César, tras la contienda civil, en el año 45 a. C., le concede la categoría de colonia romana con el nombre de Colonia Claritas Iulia Ucubi. En este solar tuvieron sus ancestros los ascendientes

del emperador Marco Aurelio, pues su abuelo Marcus Annius Verus, que fue tres veces cónsul en Roma, era oriundo de aquella población.

Después el dominio visigodo, muda Ucubi su nombre por el de Alcalá, topónimo árabe alusivo a la fortaleza que coronaba este asentamiento bajo el poder musulmán. Con el tiempo el lugar queda despoblado y convertido en una heredad particular, que hacia 1260 (cuarenta años después de la conquista cristiana por Fernando III) pertenecía a los Pay Arias, y en donde existían unas torres derruidas conocidas como Torres de Pay Arias. Sobre ellas, Pay Arias de Castro, descendiente de aquella familia y destacado miembro de la nobleza cordobesa de su época, levanta un castillo a finales del siglo XIII. Más tarde, en 1303, Fernando IV le concede el privilegio

de repoblación de aquel lugar, que por voluntad real pasará a denominarse Espejo: “…y porque el su castiello a que solían desir ALCALÁ a quien nos tovimos por bien mudar

el nombre y quel digan ESPEIO”. Un año después, el mismo monarca otorga a Pay Arias de Castro el señorío de Espejo.

Tras la extinción de la saga de los Pay Arias, la titularidad del señorío pasaría a ramas colaterales y más tarde a la casa del Alcaide de los Donceles, señor de Lucena y Chillón, ligada luego al marquesado de Comares, bajo cuya jurisdicción vive la villa el resto de la Baja Edad Media. Dos hechos significativos podemos entresacar para esta época. Uno de ellos fue la ayuda que en la primavera de 1333 la villa cercana de Castro del Río recibe del castillo de Espejo,de donde parte Martín Alfonso, futuro señor de Montemayor, al frente de 60 caballeros y unos pocos peones.Su presencia en la vecina villa del Guadajoz fue decisiva para que Muhammad IV levantara el asedio a que la tenía sometida y se retirara camino de Cabra. Mientras – según cita la crónica y recoge el medievalista Manuel Nieto Cumplido – “quedó el lugar de Castro por los christianos”.

Relevante fue asimismo el papel estratégico que juega la villa de Espejo durante la guerra civil entre el monarca Enrique IV y el infante D. Alfonso (1465-1468), así como en los diversos enfrentamientos entre ambas facciones de la nobleza cordobesa hasta los primeros años del reinado de los Reyes Católicos.

Más tarde, a partir de las últimas décadas del siglo XVII, el marquesado de Comares se une a la casa de Medinaceli, convirtiéndose a partir de entonces en dueña de la villa y rectora de sus destinos a lo largo de la Edad Moderna. La sociedad espejeña de entonces ofrece los rasgos propios de la época. Los estamentos privilegiados están constituidos por un reducido número de familias hidalgas con un gran potencial económico. Entre ellas existen algunos caballeros

de las órdenes militares – especialmente de la Orden de Santiago – y gran número de familiares del Santo Oficio. A los eclesiásticos que conforman el clero secular se unen los del regular representados a partir de 1700 por la comunidad de Carmelitas Descalzos. Una mayoría campesina formada por jornaleros, labradores por cuenta ajena, hortelanos, alguna presencia artesanal y otras actividades en el sector de servicios conforman, en fin, el estado llano y la base de

la pirámide social de esta población. El gobierno municipal – que se nutre de las capas altas de la sociedad – está controlado por el titular del señorío , a través de los alcaldes mayores que este designa.

El proceso desamortizador, que se inicia en la primera mitad del siglo XIX, no afecta, o afecta muy poco, a la villa de Espejo, perpetuándose la propiedad de la tierra en manos de la nobleza local. No es de extrañar, por consiguiente, el florecimiento de las organizaciones obreras, de obediencia anarquista, desde el último cuarto de dicha centuria, convirtiéndose en unos de los focos más dinámicos del movimiento campesino campiñés.

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Datos de Contacto

Ayuntamiento de Espejo
Calle: Plaza de la Constitución, 5
Código Postal: 14830

Datos de Interés

Nombre: Florentino Santos Santos

Dirección: Plaza De La Constitución 5
Teléfonos: 957376001
Web: www.espejo.es
Email:  alcaldia@espejo.es
Horarios:  8-15 Horas